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La educación debe verse desde una perspectiva omnicanal

Por Joshua Williams

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Moda

Foto: Pexels

Así como el comercio minorista ha tenido que evolucionar para satisfacer las necesidades de los compradores a través de canales físicos y digitales, la educación también se está viendo obligada a evolucionar. Los estudiantes contemporáneos requieren nuevas formas de aprendizaje, tanto en términos de estructura de contenidos como de su impartición, que se basan más en los cambios de los medios de comunicación que en la educación tradicional. Esto deja a las instituciones académicas, en gran medida, incapaces de satisfacer las demandas sin depender de asociaciones externas con empresas de tecnología educativa.

¿Prefieres escuchar? El podcast completo sobre este tema, parte de la serie "El futuro de la educación en moda" se encuentra aquí.

El modelo universitario actual depende fuertemente de una experiencia presencial en el campus. No sólo es así como "se ha hecho" durante más de un siglo, sino que también proporciona a las instituciones múltiples centros de ingresos adicionales procedentes de las cafeterías, los dormitorios, los eventos deportivos y otros. Cuando llegó la pandemia de Covid-19, las universidades no pudieron tener a los estudiantes en el campus, lo que significó que los ingresos de estas fuentes adicionales se detuvieron e, incluso, estos espacios, como las aulas y los dormitorios vacíos, se convirtieron en un lastre. Por esto, no es de extrañar que la primera prioridad de estas instituciones fue regresar a los estudiantes a estudiar en persona. Estos preparativos comenzaron en serio una vez que se facilitó el cambio al aprendizaje en línea durante la primavera de 2020. Para el otoño de 2021, la mayoría de las universidades volvieron a abrir sus puertas a pesar de la variante Delta.

Ante todo esto, se resaltó el marcado contraste entre las universidades tradicionales, que centraron su desarrollo en los últimos 50 años principalmente en la construcción de nuevos edificios y la ampliación de la superficie del campus, a comparación de aquellas que se volvían más digitales. La mayoría de las universidades dedicaron muy poca atención (y presupuesto) al desarrollo de nuevas tecnologías digitales de aprendizaje, modalidades no presenciales y sistemas de apoyo, incluida la compra de equipos de vídeo, estudios de grabación e incluso pedagogía digital.

Esta situación es similar a la de la industria minorista, que hasta principios del siglo XXI seguía centrada en la expansión de su red de tiendas, dejando la venta en línea como algo secundario o auxiliar de su negocio principal. Esto condujo finalmente a lo que se ha denominado el "apocalipsis del comercio minorista", en el que las marcas tenían un exceso de tiendas y eran desaprovechadas en línea. La pandemia aceleró el apocalipsis para muchas marcas, cambiando finalmente su negocio a un modelo totalmente omnicanal. Las compras en tienda se centran ahora más en una experiencia única o de boutique, mientras que las que se hacen en línea se centran en la facilidad, el acceso y el alcance.

Este cambio se está produciendo ahora en la enseñanza superior, donde muchas universidades se están viendo obligadas a replantear su oferta en los canales físicos y digitales, comprendiendo cómo funcionan juntos y por separado. La experiencia presencial tendrá que ser más personalizada e individualizada, mientras que la experiencia en línea se centrará en la facilidad, el acceso e incluso los costos más bajos. Los estudiantes pueden elegir uno u otro, pero si lo que ocurrió en el comercio minorista puede verse reflejado en la educación superior, lo más probable es que los estudiantes quieran pasar de una modalidad a otra sin fricciones. En definitiva, quieren tener más control sobre su educación.

Hay algunas escuelas que están tomando la delantera en el aprendizaje omnicanal, aunque dependiendo en gran medida de lo que se ha denominado "ed tech", o empresas tecnológicas centradas en la educación. Estas asociaciones se han enfocado en la manera de entregar los servicios educativos, tomando el aprendizaje tradicional y trasladándolo a la red, pero no necesariamente en la innovación de los contenidos educativos en sí. Empresas como Coursera suelen asociarse con universidades como Stanford o el Fashion Institute of Technology para crear contenidos con el profesorado de esas escuelas. Compañías como Canvas y Blackboard se dedican a trasladar los contenidos a Internet, proporcionando herramientas que facilitan a cualquiera la publicación de contenidos y la dirección de una clase. Sin embargo, en la era de YouTube y TikTok, no basta con trasladar los contenidos tradicionales a la red, al igual que no tiene sentido subir una tienda física a la web; los contenidos deben ser más cortos y editados, con mayor producción audiovisual, incluyendo música, imágenes y video.

Empresas como Yellow Brick, MasterClass, Business of Fashion y Fashion Launchpad están empezando a cambiar esta dinámica en el ámbito de la educación de la moda y de las artes. En resumen, la educación superior debe replantearse por completo su estrategia para ser totalmente omnicanal y pensar en un aprendizaje totalmente coordinado con el estudiante en el centro del modelo, si quiere competir a corto plazo o existir a largo plazo.

Espera la próxima semana la siguiente entrega de esta serie dedicada a la educación en moda. Haremos una recopilación de los problemas a los que se enfrenta la enseñanza de la moda hoy en día y cómo debe cambiar para satisfacer las necesidades de una industria que cambia rápidamente. O bien, escucha el episodio en nuestro podcast..

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