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Tiffany&Co nos invita a ver el Louvre con otros ojos

Por Alicia Reyes Sarmiento

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Cultura

Imagen por cortesía de Tiffany & Co.

Hasta el próximo 31 de enero, la fachada del Palacio del Louvre quedará oculta tras una lona publicitaria con la que desde Tiffany & Co. anuncian uno de sus brazaletes distorsionando el edificio con un trampantojo onírico obra del artista visual Paul Rousteau.

Durante la Nuit Blanche o Noche en Blanco de París —que celebró su primera edición en 2022 para ofrecer la oportunidad única de descubrir la Ciudad de la Luz y a sus artistas de un modo diferente— la compañía sorprendió con la instalación de un cubo digital en la plaza del Centro Pompidou, mostrando con esta especie de continuación su vocación por vincularse al arte y llamar la atención de sus clientes.

En esta ocasión han contado con Paul Rousteau, un fotógrafo francés que vive y trabaja en París. Entre la abstracción y la figuración, la pintura y lo digital, las imágenes únicas de Paul Rousteau no dejan de atraer a revistas y marcas a su colorido universo del que han participado firmas de renombre como Hermès, Louis Vuitton, Chanel o Chaumet.

De hecho, en 2017 formó parte de la selección final del festival de moda y fotografía de Hyères y fue nominado en 2019 para el premio HSBC, según explica el propio artista en su página web.

Un ovni que magnetiza la materia, actúa y transforma la realidad

Desde el Carrousel Garden, la parte del famoso Jardín de las Tullerías que conecta el Museo del Louvre con las orillas del Sena, se puede alcanzar a ver esta obra en la que realidad e ilusión se distorsionan.

"Cuando Tiffany me pidió que interpretara su brazalete Lock —parte de una nueva colección de joyas inspirada en la idea del eslabón—, quise darle una fuerza mágica y telúrica”, propósito que ha conseguido transformando la pulsera en un “ovni que magnetiza la materia, actúa y transforma la realidad”. “En mi trabajo siempre existe esta búsqueda imposible: mostrar lo invisible. Para ello, creo espejismos: el Louvre se convierte en un ser vivo y en movimiento. El azul del cielo se vuelve verde ácido, para una reinterpretación psicodélica del azul Tiffany. El objetivo de estas alteraciones visuales es cuestionar nuestras certezas, imaginar lo que se esconde tras el velo de lo visible, revelar la arquitectura de lo vivo", ha explicado Paul Rousteau en el comunicado de prensa compartido por la empresa.

"Como auténtico precursor, Tiffany fue el primer joyero de la posguerra en destacar los nombres de los artistas con los que colaboraba la empresa. Jean Schlumberger, Andy Warhol, Elsa Peretti y Daniel Arsham, entre otros. Para la empresa es importante rendir homenaje a este patrimonio artístico en uno de los lugares más emblemáticos de la capital, en el corazón del mundo artístico y cultural parisino", ha hecho hincapié Kolia Neveux, Presidente para Europa y Oriente Medio (EMEA).

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Tiffany&co