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Fin a la “guerra de las rayas”: desestimada la apelación de Adidas en su causa contra Thom Browne

Por Jaime Martinez

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Thom Browne en el centro comercial de Saks Fifth Avenue de Beverly Hills, California (Estados Unidos). Credits: Brandon Shigeta.

Madrid – Como última entrega de la particular batalla que llevó a enfrentarse ante los tribunales a la multinacional de la moda deportiva Adidas y a la firma de lujo estadounidense Thom Browne a comienzos de 2023, el tribunal federal de segunda instancia encargado de revisar el caso acaba de desestimar la solicitud de apelación presentada por Adidas.

Como base de todo este litigio que ha venido manteniendo a ambas compañías lidiando con una aguerrida cruzada frente a los tribunales de los Estados Unidos, nos encontramos con la demanda que Adidas interpuso contra Thom Browne a comienzos de julio de 2021 ante el Tribunal Federal del distrito de Nueva York, y desde la que, tal y como entrábamos por entonces a detallar desde FashionUnited, acusaban a la compañía, en manos del Grupo Zegna desde 2018, de infracción de derechos de una marca registrada. Un supuesto delito realizado mediante el uso y la incorporación por parte de Thom Browne en sus colecciones de unas “bandas” que imitaban, alegaban desde Adidas, las características tres rayas de la multinacional deportiva, motivo por el que reclamaban frente a los tribunales el que se sentenciara contra Thom Browne, ordenando la incautación de todas las prendas de la firma que hubieran incurrido en esa infracción, así como el que se la prohibiera seguir comercializando artículos similares y el hacer uso de las rayas como elemento distintivo de la firma, y se la condenase a abonar un total de 867.225 dólares. Cantidad en la que desde Adidas cifraban el importe que la firma hubiera tenido que abonar en concepto de pago por licencias, para el caso de haber pactado el desarrollo de sus propuestas bajo la protección de un acuerdo colaborativo junto a Adidas. Unas reclamaciones que, muy lejos de las aspiraciones de la multinacional deportiva, eran finalmente desestimadas, todas y cada una, por el jurado que tuvo que hacerse cargo de dirimir el conflicto, durante el juicio por la causa que se abría el 3 de enero de 2023 frente al Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.

Lejos de contentarse con la decisión del jurado, acordada tras los ocho largos días por los que terminó de prolongarse la vista, jornadas que contaron con la asistencia —en primera persona— del propio diseñador de modas norteamericano, una vez conocida la sentencia, desde Adidas no dudaron en salir a responder al veredicto, expresando, de boca de Rich Efrus, portavoz de Adidas para la región de Norteamérica, cuán “estamos decepcionados con el veredicto”. Un fallo frente al que, añadía Efrus, “continuaremos haciendo cumplir estrictamente nuestra propiedad intelectual”, mediante la interposición de todas “las apelaciones correspondientes” al fallo. Apelaciones que han sido revisadas ahora por el Tribunal de Segunda Instancia de Nueva York, siendo igualmente desestimadas, y ratificando la sentencia original emitida por el Tribunal federal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York el 12 de enero de 2023.

Confirmación de la sentencia

Como encargados de supervisar las reclamaciones presentadas por Adidas contra la sentencia de la sala del juez Jed Rakoff, se han mantenido un equipo de jueces formado por Guido Calabresi, designado por el expresidente Bill Clinton; por el juez de segunda instancia Barrington Parker Jr., designado por George W. Bush; y por el juez Michael H. Park, designado para el cargo por Donald Trump. Un plantel de jueces desde el que se decidieron a responder a las principales reclamaciones aducidas por la multinacional deportiva, consideradas por los miembros del tribunal, todas y cada una de ellas, como infundadas como para sostener un cambio de sentencia, una modificación o la orden para la celebración de un nuevo juicio.

Según a este respecto ha quedado recogido en la sentencia emitida por el tribunal de apelación, a la que hemos tenido acceso desde FashionUnited, como uno de sus principales argumentos para solicitar la apelación, desde Adidas argumentaban que el tribunal de primera instancia incurrió en un error a la hora de instruir a los miembros del jurado sobre la naturaleza del litigio. Cuestión para la que desde Adidas buscaban hacer hincapié en cómo los artículos de Thom Browne generaban una confusión entre los consumidores y en el mercado, no desde el punto de venta, sino en el interés inicial que podían despertar las prendas, y en la etapa posterior a su compra. Una perspectiva para la que desde Adidas trataron de instruir al jurado durante el juicio, invitándoles a que, para la hora de tomar su decisión, comparasen los productos de Adidas con los de Thom Browne, y a partir de ahí, considerasen cuán similares son, si se venden a través del mismo canal o de canales de venta similares, y el de si se promocionan a través de medios y plataformas igualmente similares. Consideraciones que argumentaban como claves para la hora de generar confusión entre los consumidores, y que alegaban que el juez Jed Rakoff no trató de hacer valer en sus indicaciones al jurado durante la celebración del juicio, por considerarla “interminable y confusa”, apostando en contra por invitar a los miembros del jurado a que valorasen “si los productos de los acusados (Thom Browne) y los productos de Adidas compiten por los mismos consumidores”. Una indicación que no impidió al juez guiar al jurado durante la celebración del juicio justamente en la dirección argumentada por Adidas, razón por la que el tribunal de apelación ha acordado desestimar este punto de su reclamación por entender que se sustenta en unas diferencias de apreciación “irrelevantes” y que en ningún caso pueden demostrar “un error, y mucho menos uno perjudicial, en la causa”.

Como segunda principal base de su escrito de apelación, Adidas se oponía a que del juicio se hubiera excluido la declaración William D’Arienzo como experto que, en defensa de la multinacional deportiva, se esperaba que testificara durante el juicio a favor de cómo las fronteras de la moda deportiva y de la moda lujo que, se presupone, separan a Adidas y a Thom Browne, se encuentran a cada día más desdibujadas. Uno de los puntos principales que Adidas presentaban como base de su demanda, y que buscaban defender desde un testimonio que hubieran llegado para terminar de diluir la supuesta barrera que separa a sus respectivos públicos objetivos ante los ojos del jurado. Unas declaraciones que el juez Rakoff acordó excluir de las intervenciones ante el tribunal, al valorar que, tal y como marca la jurisprudencia estadounidense al respecto, debían de ser excluidas por sustentarse en una metodología de estudio poco “fiable”, apoyada en opiniones y noticias publicadas desde medios online especializados en moda. Una decisión frente a la que desde Adidas no respondieron a la oferta del tribunal de abordar ese mismo punto de su demanda a través de otra vía, postura con la que, sostienen ahora desde el Tribunal de Apelación, Adidas renunció a cualquier reclamación que pudiera derivarse de la exclusión de las declaraciones de D’Arienzo sobre ese aspecto concreto de la demanda.

Relacionada con esta misma cuestión, Adidas también cuestiona la decisión del mismo tribunal de sí admitir el testimonio de JoAnne Arbuckle como una de las expertas que hablaron en defensa de Thom Browne, alegando el que si la metodología empleada por D’Arienzo era poco “fiable”, también debía de haberse considerado como tal la seguida por Arbuckle. Un aspecto que ya se encargó de tener en consideración el juez Rakoff, quien impidió la intervención de Arbuckle durante la celebración del juicio en calidad de experta, limitándose su intervención a testificar sobre cómo la aparición de las tres rayas que Adidas defiende com propias, ha sido una cuestión que se ha dado de manera reiterada y numerosa dentro de la historia de la moda. Un sentido el de sus declaraciones que, suprimido de las mismas su valor como experta a ojos del tribunal, lleva igualmente a la corte de apelaciones a desestimar la reclamación al respecto presentada por parte de Adidas.

Ya como última nota, “hemos considerado los argumentos restantes de Adidas y los consideramos infundados”, reza como última indicación la resolución de sentencia emitida por el Tribunal de Segunda Instancia de Nueva York. “Por las razones expuestas”, se apostilla en el fallo, “se confirma la sentencia del tribunal de distrito”.

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