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Puma se refuerza en el reino de Nike con un nuevo centro logístico

Por Jaime Martinez

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Centro logístico de Puma en Waddell, Arizona (Estados Unidos). Credits: Puma.

Madrid – La multinacional europea de la moda deportiva Puma sigue avanzando en la cimentación de los pilares de su próximo capítulo para el crecimiento, con la puesta en marcha de un nuevo centro logístico y de distribución en los Estados Unidos. Mercado que sitúan como “estratégico” dentro de la nueva ofensiva hacia el aumento de las ventas y de la rentabilidad de la compañía alemana, y en el que pasan ahora a reforzarse mientras la estadounidense Nike sigue adelante en la implementación de su nuevo plan de ajuste, con despidos tanto en los Estados Unidos como ya también en Europa.

Con una superficie de 1,2 millones de pies de cuadrados, aproximadamente unos 110 000 metros cuadrados, el nuevo centro de distribución de Puma se encuentra ubicado en el área conocida como Waddell, dentro del área metropolitana de Phoenix, capital del estado de Arizona, y con su puesta en marcha pasa a reforzar la red de centros logísticos de la que dispone en suelo estadounidense la multinacional europea, que ya contaba con sendas plantas logísticas en Torrance, ciudad del condado de Los Ángeles (California), y en la localidad de Whitestown, en el condado de Boone (Indiana). Centros a los que ahora pasará a sumar su actividad esta nueva planta, en su caso reservada a procesar pedidos mayoristas y de “Cobra”, la marca de Puma especializada en prendas y en equipamiento para la práctica del golf, adquirida por la multinacional europea en marzo de 2010. Actividades ambas con las que Puma tratará de continuar reforzando sus operaciones en los Estados Unidos, mercado que mantienen como “estratégico” dentro de los planes para el crecimiento de la multinacional, y en el que tratarán así de buscar sacar ventaja del debilitamiento que están demostrando en el mismo mercado sus principales competidoras, véase las multinacionales deportivas Adidas y Nike.

“Estamos muy orgullosos de haber abierto este nuevo centro de distribución de última generación en Waddell, Arizona”, no dudaba en querer salir a señalar Bob Philion, presidente de Puma Norteamérica, a lo largo de unas declaraciones difundidas desde su misma dirección, y ofrecidas en relación a unas instalaciones con “un alto nivel de automatización”, subrayan desde Puma, con unos cerca de 5,6 kilómetros de cintas transportadoras, con robots automatizados y con un nuevo sistema de empaquetado diseñado especialmente para optimizar el packaging de todos los envíos. “Con este proyecto, hemos optimizado aún más nuestra huella logística en los Estados Unidos, para acelerar los tiempos de entrega y servir mejor a nuestros clientes, encarnando nuestro mantra de 'Para siempre. Más rápido’, y mientras nos esforzamos por ganar presencia en este importante mercado”.

Un más que desafiante mercado americano

Tratando de dibujar una comparativa de la situación en la que actualmente se encuentran las tres grandes multinacionales del sector de la moda deportiva, dentro de los Estados Unidos, al cierre de su último ejercicio fiscal de 2023, Puma registró unas ventas totales por valor de 8 601,7 millones de euros (+1,61 por ciento). Cifra de la cual la región de las Américas terminó por destacarse como la segunda principal región de entre las que opera la compañía, por volumen de negocio, con unas ventas totales anuales que terminaron por totalizar en los 3 389,9 millones de euros (-8 por ciento). Desempeño que se ha terminado de actualizar con los resultados del primer trimestre del ejercicio de 2024, periodo durante el cual Puma llegó a facturar en las Américas ventas por 790 millones de euros (-4,57 por ciento).

Del lado de Adidas, la otra gran compañía europea de referencia dentro del sector, a escala global, esta cerró su ejercicio de 2023 con unas ventas totales por su lado por valor de 21 427 millones de euros (-4,81 por ciento). Cantidad de la cual la compañía alcanzó a facturar un total de 7 510 millones de euros (-11,73 por ciento) en las Américas. Un rendimiento que por su parte terminó de actualizarse con un primer trimestre del ejercicio de 2024, que la compañía cerró con unas ventas en las Américas por valor de 1 737 millones de euros (-1,97 por ciento).

Mientras tanto, del lado de Nike, la multinacional estadounidense, a la espera de que dé a conocer los resultados de su último ejercicio fiscal de 2023/2024, el próximo jueves 27 de junio, como última actualización al cierre del tercer trimestre del año, periodo finalizado a fecha del pasado 29 de febrero, las ventas totales de Nike de los últimos nueve meses se situaban en los 38 756 millones de dólares (+0,94 por ciento). Un valor apoyado sobre un último tercer trimestre en el que las ventas totalizaron en los 12 429 millones de dólares (+0,31 por ciento), de los que Nike alcanzó a facturar, solamente en Norteamérica, ventas por 5 070 millones de dólares (+3,19 por ciento). Evolución que ha permitido a Nike, para el conjunto de los nueve primeros meses del ejercicio, cerrar el periodo con unas ventas totales en Norteamérica por unos 16 118 millones de dólares (-0,83 por ciento).

Analizando los datos recogidos y los desempeños mostrados, parecen claros y compartidos los desafíos que las tres compañías enfrentan en ese compartido como “estratégico” mercado de las Américas y de los Estados Unidos. País en el que Nike no es que solamente siga reinando, sino en el que además ha vuelto a retornar a la senda del crecimiento en esta recta final de su ejercicio de 2024, dibujando un entorno aún más desafiante para tanto Adidas como Puma, para la hora de que estas logren arañar una mayor cuota de mercado. Cuestión para la que parece que además Puma está partiendo en desventaja, pero en lo que no obstante no les ha impedido arrancar con la puesta en marcha de este nuevo centro logístico, muestra de la decidida apuesta que desde la compañía europea van a tratar de dar por afianzar su presencia en los Estados Unidos.

Los despidos de Nike llegan a Europa

En cuanto al desempeño de Nike, lejos de sucumbir ante las adversidades que afloraban desde los balances de la compañía, tras una primera mitad del año que completaban con un segundo trimestre en el que las ventas en Norteamérica cayeron hasta los  5 625 millones de dólares (-4 por ciento), desde su dirección anunciaban en diciembre de 2023 la puesta en marcha de un decidido plan de ajustes, con la intención de llegar a generar un ahorro de costes operativos de unos 2 000 millones de dólares, durante los próximos tres años. Una medida que va a suponer a la compañía un coste de entre 400 a 450 millones de dólares, principalmente relacionados con los importes a abonar en concepto de indemnizaciones por los despidos previstos de cerca del 2 por ciento de toda su plantilla global, unos cerca de más de 1 600 puestos de trabajo.

Como parte de esa reducción de plantilla, la multinacional, en Norteamérica, habría procedido ya al despido de unos 750 trabajadores de su sede central de Beaverton, así como al de parte de los equipos de dirección de Converse, la segunda principal marca en cartera del grupo multinacional de la moda y del equipamiento deportivo. Unos ajustes que ya habrían afectado a sus equipos en Europa, después de que la compañía, según fuentes cercanas a la multinacional consultadas por el medio especializado Bloomberg, haya arrancado con el despido de parte del personal del que dispone en su sede para Europa, en los Países Bajos. Unas instalaciones internamente conocidas como EHQ, ubicadas a las afueras de Ámsterdam y en las que actualmente trabajaban algo más de 2 000 trabajadores.

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