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Víctor Blanco: “La vida glamurosa del estilista no existe”

Por Jaime Martinez

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Moda |Entrevista

Photo Credits: Víctor Blanco.

Su nombre es el que está detrás de algunos de los estilismos más impactantes que han llegado a lucir, con perfecto aplomo, personajes tan conocidos como Ester Expósito o Nieves Álvarez sobre las alfombras rojas de festivales como los de Cannes o el de Venecia. Con una cartera de clientes que abraza las dos orillas del Atlántico, y que no entiende de exclusividades de género, hoy dejamos a un lado las interioridades más frívolas de un trabajo que lo ha mantenido unido a figuras como las de Helen Mirren, David Bisbal, Bellamy Young o Alejandro Speitzer, para ahondar tanto en los fundamentos de la que es su profesión, como en su faceta más emprendedora y a la que da alas como fundador de Chuvic Productions y de Styloso. Dos iniciativas con las que ha pasado a profesionalizar sus servicios, demostrando que sí hay vida, vida remunerada, para un estilista más allá de firmar determinadas colaboraciones, y desde las que aspira a hacer que todos, independientemente de nuestros bolsillos, podamos ser capaces de vestir un poquito mejor. Hoy hablamos con el estilista Víctor Blanco (Barcelona, 1984).

Vamos a hablar de estilismo, una profesión que muchos, incluidos incluso aquellos que pueden llegar a solicitar los servicios de un profesional como tú, tienden a cuestionar que lo sea. Así que, especialmente para ellos, ¿cómo la describirías? ¿cómo describirías y en qué dirías que consiste tu trabajo?

Mi trabajo básicamente consiste en tratar de ayudar a mis clientes, en mi caso concreto celebrities, a encontrar una mejor versión de ellos mismos. A ayudarles a conocerse un poco mejor, a descubrirles cómo pueden explotar todo el potencial de su imagen, y a demostrarles que, con mi ayuda, pueden terminar revelando muchos rasgos y muchas facetas de ellos mismos que incluso desconocían.

¿Y cómo vive la moda un estilista? ¿En qué te fijas a la hora de analizar una colección o una determinada prenda, que difiere de la manera en la que lo podría hacer un diseñador o un prescriptor de tendencias?

Mi fijo sobre todo en las propias necesidades de mis clientes, y, partiendo siempre de su estilo, ante un determinado acto entro ya a estudiar la naturaleza del evento, cómo va a ser el color del photocall y en toda esa otra clase de detalles que al final son los que pueden terminar haciendo que el look brille más o menos. Con todo eso como base, es cuando ya entro a pensar ideas, estilos y en los diseñadores que sé que pueden situarse como las mejores opciones para que el cliente termine contento, feliz y, a poder ser, generando mucha repercusión en los medios.

Para terminar por poder alcanzar esa serie de objetivos, ¿cómo sería el día a día de una jornada de trabajo habitual?

La realidad es que la vida de un estilista es muy dispar. Hay periodos muy locos en los que las jornadas son maratonianas, y luego pueden fácilmente sucederse semanas más calmadas, pero en las que debes estar igualmente preparándolo todo, con muchas horas al teléfono, en frente del ordenador o de showroom en showroom en busca de los mejores looks para los trabajos que hay programados. De nuevo, en lo que respecta a mí, también paso muchas horas realizando peticiones y hablando con diseñadores para poder conseguir looks muy específicos, y después pues cerrando contratos, colaboraciones, negociando con nuevos clientes y dedicando también parte de ese tiempo a la gestión de VB Studio, mi estudio de Madrid que llevo junto a mi pareja y mi ayudante. La verdad es que puedo decir que actualmente soy muy afortunado, puesto que ya sea con Nieves Álvarez para el festival de Venecia, con Alejandro Speitzer realizando campañas para Bvlgari en Roma, con Bisbal grabando La Voz en Madrid o junto a Carlos Rivera grabando en México el programa Mask Singer, ahora mismo mis jornadas están llenas de trabajo.

Tomando un caso práctico de entre estas últimas colaboraciones que estás haciendo, ¿en cuántas etapas podríamos decir que se dividiría el trabajo que desempeñas como estilista?

Cogiendo como ejemplo el caso de Nieves Álvarez para el Festival de Venecia, es una colaboración para la que se han dedicado cerca de 2 meses de trabajo. En julio empezamos ya a entrar en contacto con las posibles marcas, tanto de ropa como de joyería y de calzado, y con las firmas de belleza con las que podíamos llegar a colaborar, y a partir de ahí empezamos a cuadrar agendas, a cerrar los looks y a definir todo lo necesario para que, llegado el día, pudiera estar todo perfecto. Y a partir de ahí, ya queda el concretar, y posteriormente el supervisar, todo lo que es la llegada en avión, el timming con el fotógrafo, la asistencia de la costurera para que logre dejar perfecto, y al milímetro, el vestido… Desde fuera puede parecer que todo es muy fácil, pero son unos estilismos que llevan muchísimo tiempo de preparación detrás, y más si como es el caso quieres que salga todo perfecto.

Photo Credits: Víctor Blanco.

Ya sabemos que desde que eras adolescente aconsejabas a la hora de vestir a mujeres muy cercanas a ti, como podían ser tu madre, tu hermana o amigas, ¿pero cómo empezaste realmente, y a nivel profesional, a desempeñar tu trabajo como estilista?

Empece en retail, en lo que ya va a hacer ahora 20 años de mi llegada al mundo de la moda, para después dar el salto como estilista freelance en 2008. Un paso que, puede resultar curioso, pero que di gracias a Facebook, que fue el canal desde el que empecé a conocer a mis primeras clientas, como Ana Fernández, Carla Nieto, Soraya… Y así poco a poco empecé a hacer cositas y algunos trabajos, hasta que finalmente decidí mudarme a Madrid para poder moverme más en este círculo, conocer a más agentes de prensa y entrar más en contacto con los showrooms.

¿Recuerdas cuál fue ese primer trabajo por el que recibiste ya tus justos honorarios como estilista?

Lo recuerdo perfectamente. Fueron una serie de encargos que realicé para la actriz Carla Nieto, quien por entonces tenía que acudir a una serie de distintos eventos, entre fiestas de moda y premiers, por varios trabajos que había realizado entre 2009 y 2010. Confió en mí, y ella fue quien hizo que, ya no solo pudiera empezar a trabajar como estilista, sino que pudiera empezar a poder vivir de esto.

Tengo entendido que pasaste una primera etapa en Londres que marcaría un poco el inicio de tu carrera.

Sí, me marché medio año, tiempo en el que estuve trabajando como visual merchandising para Prada. Realmente fue un momento de inflexión en mi vida y fue algo que tuve que hacer para poder coger un poco de espacio y de aire. Acababa de fallecer mi madre, y ese fue el cambio que necesité y lo que me ayudó a madurar y a saber que era lo que quería hacer con mi vida. Ella fue quien me guió para que pudiera dar ese salto, y para que hoy pueda hacer lo que hago.

Después regresaste a España iniciando esa primera etapa en la que lograste ya empezar a consolidarte, saltando a ser especialmente reconocido por tus colaboraciones junto a Nieves Álvarez. ¿Pero cómo fueron o de dónde vienen los orígenes de esta relación que tantos éxitos os a traído a ambas partes?

Era justo en 2011, durante una etapa en la que coincidió que acababa de publicar mi libro junto al antiguo Grupo Zeta y Ediciones B, convirtiéndome además en el primer estilista en España en lanzar un volumen así, con el arranque del programa Flash Moda, en sus orígenes Solo Moda, que iba a presentar Nieves. Gracias a un amigo en común la conocí, y ella decidió que yo fuese quien se encargase de hacer los estilismos del programa. Así fue como empezáramos juntos esa nueva aventura televisiva, que suponía tanto su debut como presentadora, como el mío trabajando con un perfil de nivel internacional, y todo eso además para el único programa de moda de la televisión que se hacía, y que sigue haciéndose, en España.

¿Qué crees que la llevó a tomar esa decisión?

No creo que hubiera podido tener esa oportunidad sin todo el trabajo previo que ya había hecho junto a varias actrices y modelos antes de empezar con Nieves. Gracias a esos trabajos pude demostrar lo que hacía, y el gusto y la sensibilidad que tenía a la hora de sacar adelante mi trabajo. Hablábamos de un programa muy importante, y en ningún caso podían contar con un estilista que no pudiera acreditar que podía llegar a crear esa magia que pude finalmente ofrecerles.

¿Cómo resultó la aventura?

Fueron finalmente 4 años de programas durante los que creamos muchísima magia, y durante los que mucha prensa internacional se hico eco de los looks que presentábamos, de un nivel frente al que no podían entrar a competir ningún de los otros programas de la televisión. Ningún otro tenía esa ropa de alta costura, ni esos complementos ni unas joyas cuyo valor ascendía fácilmente al de millones de euros. Había mucho estrés, habían muchas horas de trabajo, pero era maravilloso poder crear esa magia. Era un sueño.

¿Y que puso fin a ese sueño?

En este caso al cuarto año decidí dejarlo para trasladarme a los Estados Unidos; en lo que nunca supuso que dejase de trabajar junto a Nieves o junto a Silvia Abascal. Eran, y son, mis musas, y, desde la distancia, durante esa etapa seguí trabajando con ellas para sus eventos, desde el Festival de Cannes al de Venecia, pasando por la Gala de los Goya.

¿Tuviste claro desde un principio que querías dedicarte profesionalmente al estilismo, y específicamente al estilismo de personajes conocidos?

Una vez que empecé con ello, sí. Desde que empecé mi carrera como profesional he tenido muy claros mis objetivos y cuales eran esos sueños que quería lograr. Cierto es que la vida te va llevando también a emprender muchos otros proyectos, como fue mi caso el de escribir ese libro, el de abordar un determinado evento junto a unas determinadas firmas, a ser embajador de una marca o a terminar creando tu propia empresa, pero es que al final también eso va en mi naturaleza. Siempre me ha gustado el poder hacer más y más cosas, pero siempre eso sí con mi trabajo, que es mi pasión, como nexo.

Durante estos años, de lo que podemos bautizar como tu primera etapa como estilista, creo que también empezaste ya a ofrecer tus servicios de asesoría a algunas empresas.

Así es. También trabajé junto a algún político, pero sobre todo hacía eventos con clientes privados, como Tous, Liu Jo o Bvlgari. Principalmente se trataban de unos encuentros a lo largo de los cuales impartía charlas y daba lecciones sobre moda y estilismo, y me gustaba mucho realizar este tipo de iniciativas sinceramente.

También durante esta etapa empiezas ya a colaborar con distintos perfiles profesionales procedentes de los Estados Unidos, como los actores Alex Russell y Carly Sullivan; Finn Wolfhard, de Stranger Things; o Bellamy Young, de Scandal. ¿Pero cuál fue esa primera colaboración que te comienza ya a hacer soñar con la posibilidad de poder lanzarte a hacer carrera en los Estados Unidos?

Bellamy Young, que fue el primer personaje importante con el que empecé a trabajar en los Estados Unidos. Con ella estuvimos haciendo toda la promo de Scandal, y sinceramente, para que negarlo, me gustaba que mi trabajo empezase ya a tener esa repercusión. A partir de ahí se fueron abriendo nuevas colaboraciones con otras estrellas, y eso poco a poco ya me hizo empezar a soñar con esa posibilidad de poder trasladarme a los Estados Unidos.

Hasta que finalmente decides dar ese paso.

Fue después del fallecimiento de mi padre. Se me abría entonces una etapa personal bastante dura, que me llevó a pensar que había llegado el momento, que debía hacer de mis sueños mi prioridad, y que debía arriesgarme. Así que, sin haber visitado jamás L.A., aposté por mí, y decidí irme allí y probar suerte. Echando la vista atrás queda claro que fue sin duda otro punto de inflexión en mi vida, además de un máster brutal. Pase 4 años en Los Ángeles durante los que aprendí muchísimo y durante los que, poco a poco, fui abriéndome nuevas puertas. Mi intención ahora pasa por seguir teniendo un pié allí, pero con mi base de operaciones en Madrid, y pudiendo ir y venir como hago para atender a mis clientes de México.

Y después de haber logrado firmar allí éxitos profesionales como el de vestir a Patricia Clarkson para esa gala de los Globos de Oro, de la que además salió como ganadora, ¿qué es lo que te llevó a que decidieras volver a España?

Precisamente eso, el haber logrado conquistar un reto como aquel. Ese fue sin duda uno de los momentos, personales y profesionales, más importantes de toda mi carrera. Cuando dijeron “And the Golden Globe goes to… Paticia Clarkson”, creo que grité tanto que se debió de escuchar hasta en España (risas). Fue todo un momentazo, tanto por lo que significó para mí, como por el hecho de poder ver a esa mujer de 59 años tan radiante, elegante, sexy, chic y moderna. También me gustó sin duda el verme incluido en la prensa entre los “españoles que triunfan en los Globos de Oro” junto a los nombres de Penélope y Antonio, no puedo negarlo. Todo era un sueño, un sueño durante el que solo pensaba que ojalá mis padres puedan sentirse orgullosos, y tras el que decidí que quería regresar a España.

¿Qué dirías que aprendiste durante esta etapa?

Durante esos años aprendí cómo funcionaban las cosas allí, y todo eso lo he terminado incorporado a mi manera de trabajar en España y a mi manera de trabajar con mis clientes. Básicamente aprendí a saber profesionalizarlo todo, a saber negociar y, esto es muy importante, a saber ver el valor de mi trabajo y de mí mismo como persona. Y, todo eso, es lo que al final me empujó a crear mi propia empresa.

Photo Credits: Nieves Álvarez con estilismo de Víctor Blanco.

¿Y como iniciaste exactamente esa nueva aventura?

Volví definitivamente a España hacia septiembre de 2019, y lo hice con el objetivo claro de abrir VB Studio y de volver nuevamente a instalarme en Madrid. En Los Ángeles seguí contando con un asistente para que me ayudase a gestionar los trabajos, pero yo ya me quedé aquí y volví a establecerme de nuevo en España.

Una vez abierta ya esta, por ahora, última etapa de tu cerrara profesional, es cuando, después de regresar ya a Madrid, decides fundar Chuvic Productions. ¿Pero con qué objetivo?

Era un proyecto que venía rondando por mi cabeza desde hacía ya varios años, y que terminó tomando forma justo durante la pandemia. Todos recordamos cómo el mundo era entonces todo un mar de incertidumbres, especialmente para los freelance, y sobre todo para los freelance dedicados al mundo de la moda, y junto a mi pareja decidí fundar finalmente Chuvi Productions con el objetivo de poder diversificar y de poder, a través de la empresa, comenzar a estudiar diferentes formas de negocio y de rentabilizar, de una forma profesional, las diferentes ideas que nos iban surgiendo.

¿Y cuáles son exactamente los servicios que ofrecéis desde Chuvic?

Podemos definir a Chuvic Productions como una empresa de estilismo, de realización y de producción de moda 360, desde la que realizamos campañas de la mano de clientes con los que ya trabajamos, como pueden ser Ester Expósito o Alejandro Speitzer, y en lo que ya nos ha llevado a firmar importantes trabajos como las campañas que ya hemos realizado para Bvlgari, Dolce&Gabbana o Valentino; o las portadas que hemos cerrado con Condé Nast de Valentinca Zenere, Belinda, Tini o Aitana.

¿Quiénes formáis el equipo que se encarga de sacar adelante todo ese trabajo?

Actualmente el equipo de Chuvic lo formamos mi ayudante Jesús, mi pareja, que ejerce las funciones de CEO de la empresa y que es quién se encarga de producir todos los trabajos que realizamos y de todo el papeleo, y finalmente yo, que me quedo como el responsable del área creativa.

¿Y en qué consistirían exactamente los trabajos que realizáis, por ejemplo, para sacar adelante esas campañas de las que hablabas?

Dentro de esa área de trabajo nos encargamos desde la realización de las producciones, hasta de la negociación del product placement con las firmas, de realizar editoriales, de sacar adelante campañas de clientes con marcas de moda y de belleza, o hasta incluso de las gestiones y de la producción de los viajes para asistir a festivales internacionales.

¿Y dentro de esa otra área de lanzamientos de productos?

Para sacar adelante acuerdos así depende ya mucho de la marca de la que se trate, del producto en cuestión, del talent… Hay muchos factores que se han de considerar para abordar acciones de esta naturaleza.

¿Y en el área de trabajos de asesoría?

Aquí se concentrarían todos los trabajos que realizamos de asesoría de imagen, pero exclusivamente para celebrities y personajes conocidos. Siendo este un trabajo que realizamos igualmente de una manera abierta a cualquier persona, pero ya a través de Styloso.

Photo Credits: Ester Expósito como imagen de la campaña de la colección 90’s de Dolce&Gabbana lanzada en agosto de 2021.

¿Pero y qué es exactamente Styloso?

Styloso es un servicio que también ofrecemos y que se muestra como una herramienta que nos permite llegar a todas las personas, de una manera digital, ofreciéndoles la posibilidad de que puedan acceder a los servicios de un estilista personal, a un precio asequible. Hablamos de un servicio completamente abierto, que cuenta con su propia página online, y con el que todas aquellas personas que así lo quieran van a poder recibir ayuda para saber cómo vestir. Una plataforma desde la que van a aprender a potenciar sus puntos fuertes, y desde la que comenzarán a saber en qué invertir para poder dar forma a un buen fondo de armario.

¿Está teniendo una buena aceptación de público?

Lo cierto es que actualmente en Styloso contamos con una lista de espera bastante larga. Ten en cuenta de que se trata de un trabajo que hago personalmente, y para el que, no sé si por suerte, en estos momentos no dispongo de todo el tiempo que me gustaría. Esa es la razón que nos ha llevado a empezar a ver maneras de cómo poder responder a esa demanda, barajando ahora mismo la posibilidad de ampliar el equipo con gente de mi confianza.

Tanto los servicios que ofrecéis desde Chuvic como desde Styloso, ¿son servicios únicamente que facilitáis para España?

Ni mucho menos. Son servicios que ofrecemos a clientes de todas partes. A día de hoy se puede ya llegar a cualquier lugar, y al fin de cuentas son vehículos que han surgido a la par que ha ido creciendo mi cartera de clientes, formada por muchos de ellos procedentes de España, pero también de México y de otros países, por lo que era natural poder ofrecer esos servicios de una manera abierta y global.

¿Actualmente en cuántos mercados operas?

Hoy en día es bastante difícil de delimitar, por que la gente viaja más y se mueve más de un lugar a otro, pero principalmente mis principales mercados estarían en España, en México y en otros países de Latam; donde mantengo como principales clientes a Carlos Rivera, David Bisbal, Alejandro Speitzer, Nieves Alvarez, Ana Mena, Ester Expósito, Rosanna Zanetti o Mar Saura, por citar algunos.

Centrando un poco más nuestra atención en España, que por algo es tu base de operaciones, ¿crees que existe aquí ese hueco y ese público al que estás tratando de dar respuesta tanto desde Chuvic como desde Styloso? ¿Hay en España un publico interesado en contar con el asesoramiento de un profesional del estilismo como tú?

La empresa más importante de España es Inditex, una empresa de moda. Eso ya hace ver que la moda es importante, pero que es especialmente importante en España. Ya sea en mayor o menor medida, y de un modo u de otro, pero todos somos grandes consumidores de moda. Y partiendo de esa base, y de que todos aspiramos a querer mejorar, y también por qué no decirlo a soñar, creo que servicios como los nuestros no solo despiertan interés, sino que son necesarios.

¿Se viste bien en España?

Es curioso porque en España gusta la moda, pero no se invierte en moda. En muchos otros países europeos ves como la gente cuida mucho más lo que compra y ves como sí invierten más en prendas, en accesorios… y eso aquí no ocurre. Aquí todo se trata más de consumir fast fashion, y ahí está el que triunfen tanto los modelos de negocio de compañías como Inditex o Mango. Resumiendo, en España mucha gentes es más de mucho y malo, que de poco y bueno.

Photo Credits: Víctor Blanco.

Y más allá de esas alfombras rojas, en las que sabemos que te mueves como pez en el agua, ¿cómo crees que es posible, o hasta incluso necesario, llevar las buenas prácticas y los consejos de un estilista hasta nuestros estilismos de diario?

En lo que respecta por ejemplo a las celebrities, para ellas resulta primordial cuidar todos los aspectos relacionados con su estilismo, ya no solo dentro sino también fuera de las alfombras rojas. Hoy en día, y además con las redes sociales, con nuestro teléfono móvil todos nos hemos convertido en potenciales paparazzis, así que deben entender que pueden ser fotografiadas en cualquier momento; y de ahí que siempre les recomiende que cuiden sus looks. Y lo mismo pasa si eres un personaje anónimo. Puede resultar superficial, pero cómo luzcas y la manera en la que te presentes es lo que terminas mostrando de ti a los demás, y es importante cuidar eso porque, al fin y al cabo, eso también forma parte de nuestra marca personal.

¿Algún consejo a este respecto?

Lo más importante es conocerse mucho, y después dejar las tendencias aparte si no van contigo. Eso diría que es lo primordial.

No se si precisamente también sobre esto ofrecías ya algún tipo consejo desde aquel libro “Sin Complejos” al que ya hacíamos referencia.

Bueno en él hablaba un poco de todo, desde los tipos de cuerpos hasta de consejos de en qué invertir, de cómo mejorar y sacar partido a esos pequeños “defectos” que nos encontramos, o de incluso hasta de cómo aguantar luciendo tacones (risas).

¿Fue su publicación una buena experiencia?

Aunque peque de repetirme, fue un sueño (risas). Lo único es que fue en 2011, en plena crisis económica, y eso no me permitió poder sacar el libro tal y como me hubiera gustado. Por eso aún tengo la tarea pendiente, y la esperanza, de poder reeditarlo y de volver a publicarlo, incorporando ya muchas más experiencias y muchos más de esos conocimientos que he ido atesorando desde entonces.

Parece que los ciclos son una constante que se repite. Así que para un entorno como el actual, de nuevo marcado por las incertidumbres económicas y en el que la inflación, junto a otras causas, ya parece estar afectando a la confianza de los consumidores y a sus hábitos de compra, ¿qué consejo nos darías a la hora de poder invertir en moda, en un momento en el que el bolsillo no acompaña?

Solo hay que saber moverse, porque hay muchísimas plataformas donde hoy podemos comprar a mejores precios, desde outlets a marketplaces digitales. Cierto es también que los precio hoy están por las nubes, y que por mucho que puedas soñar con poder hacer con un determinado bolso de una determinada marca, ese sueño puede parecer inalcanzable. Pero soy de los que opina que también la espera y el sacrificio terminan dándole un mayor valor a esa pieza cuando finalmente la consigues, en algo que te llevará no solo a apreciarla, sino a cuidarla mucho más. Yo mismo aún tengo bolsos y ropa de hace muchísimos años, hablamos de décadas, que son piezas que todavía conservo, pero porque las he cuidado muchísimo. Y las he cuidado muchísimo, porque me costó muchísimo el poder llegar a tenerlas.

Y a la hora de esas inversiones, ¿apostar por las tendencias o por la atemporalidad?

Atemporalidad siempre. Aconsejaría siempre apostar por unos buenos básicos, y a partir de ahí, y siempre que se pueda, ir sumando piezas durante la temporada. Pero los buenos básicos nunca pasan de moda.

Photo Credits: Víctor Blanco.

Este mismo mes de septiembre en el que arrancamos nuevo curso son muchos los que empezaran algún programa de formación especializado en estilismo, un campo que cada vez parece que esta despertando un mayor interés, especialmente entre las nuevas generaciones. ¿Pero qué opciones profesionales dirías que realmente van a tener por delante?

En relación a este asunto soy claro y digo que lo que hay son muchos engañabobos, y que no hay mejor opción que la de formarse en alguna carrera oficial o, como fue mi caso, coger formación en tienda y a partir de ahí, poco a poco, ir viendo cómo funciona todo. Pero la vida glamurosa del estilista, que es a fin de cuentas lo que tratan de vender muchos de estos cursos, no existe, y se están mostrando las cosas de un modo que no son tal y como las están vendiendo. Eso sin olvidar de que por mucho que uno estudie, si no tiene esa sensibilidad especial no creo que pueda llegar muy lejos en este campo. A mí me encantaría ser cantante, pero por mucho que haga y por muchos cursos de canto a los que me inscriba, o por mucho que trabaje por mejorar mi voz, voy a seguir sonando como un borrego asustado (risas). Así que es que eso precisamente, ni lo intento, porque sé que eso no llegará nunca. Es muy importante saber las limitaciones de cada uno, porque aveces queremos ser algo para lo que sencillamente no estamos hechos.

¿Y en el caso de sí contar con esa sensibilidad?

En ese caso mi consejo es que traten siempre de entrenar y de formar su ojo, que a fin de cuentas es lo que yo también me dedique a trabajar. Mi formación ha sido completamente autodidacta, formando mi ojo y alimentándome de esa pasión que he tenido desde pequeño por buscar y por querer ver siempre las cosas bonitas de la vida.

¿Hay entonces vida laboral para un estilista?

Por supuesto, solo que hay que saber buscarla y hay que saber ganársela, en lo que como todo no está exento de sacrificios.

¿Pero y es el del estilismo un terreno laboral abierto en el que poder hacer fácilmente carrera?

No diré que es fácil, es difícil. Cada vez además hay más variantes que entran en juego, y no es fácil llegar a que te consideren y a que confíen en ti. Por eso la mejor forma, defiendo otra vez, es la de empezar desde abajo, y desde ahí ir poco a poco aprendiendo, teniendo sobre todo además el cuidado de no ir dejando cadáveres por el camino… que ya sabemos por las series que los muertos reviven (risas).

¿Y existe esa posibilidad de poder vivir del estilismo en España, y dentro de España más allá de ciudades como Madrid o Barcelona?

Eso es ya un poco más difícil aún, sobre todo si como en mi caso trabajas con celebrities y con personajes conocidos. A nivel privado, sí que hay muchos personal shoppers y estilistas repartidos por España, pero para un trabajo como el mío piensa que yo, siendo de Barcelona, ya tuve que dejar la ciudad y trasladarme a Madrid para poder dedicarme 100 por cien a mi trabajo y para poder vivir de él. Al final es aquí donde viven las celebrities, donde está los showrooms y donde se concentran la mayoría de los eventos.

Con todo esto, y desde tu experiencia, ¿qué consejos les darías a esos futuros estilistas?

Que tengan mucha paciencia, que mucho ánimo, que luchen y que ofrezcan muchísima pasión a todo lo que hacen. No es fácil y querrán rendirse cada semana varias veces, pero, y dirigiéndome directamente a ellos, os digo que si yo lo he logrado, sin padrinos, sin la presencia de mis padres y cambiando de país, tú también puedes hacerlo. Solo has de ser un luchador / luchadora para lograrlo.

Y en cuanto a ti, ¿en qué momento te encuentras a nivel profesional? ¿algún nuevo proyecto a la vista?

Por suerte, muchos. Estamos con la agenda a tope para todo lo que queda de año, así que muy muy feliz. Como te decía me siento muy afortunado, y ojalá que todo siga así, porque han sido muchos años de lucha para poder llegar hasta este momento.

Con todo esto que hemos tratado, ¿crees realmente que es el estilismo un trabajo vivo y con futuro?

Sí, personalmente sí lo pienso. Igualmente también te adelanto que, en lo que me atañe, seguro que iré entrando en otras ramas creativas, más vinculadas con el diseño. Al fin de cuentas todos necesitamos ir evolucionando, además de que soy un culo inquieto (risas).

¿Te has arrepentido en algún momento de haber escogido este camino profesional?

Muchas veces. Es un trabajo duro, para el que he tenido que sacrificar muchos años, años de poder estar junto a mi padre y junto a mis sobrinas, y todo por tener que estar lejos. Por eso lo único que pido, y que pido cada noche, es que mis padres se puedan sentir orgullosos del chico que dejaron aquí. Eso, al igual que la opinión que pueda guardar de mí mi pareja, que es el gran motor que tanto a nivel personal como profesional me hace tirar para luchar y para seguir adelante, es lo que verdaderamente me motiva.

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