La época dorada de la alta costura catalana
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Más de un centenar de vestidos originales de la época dorada de la alta costura catalana se exponen en la muestra "Barcelona alta costura", que se exhibe por primera vez en Barcelona y está abierta al público entre el 14 de Diciembre y el 31 de Marzo.
La exposición explica el papel que tuvo la capital catalana en la historia de la alta costura desde principios de siglo XX. Propone un recorrido por la llamada "época dorada" de una moda genuinamente catalana, que vivió la hegemonía a partir de 1920 gracias a la industria textil catalana y a la conexión directa con París. De hecho, Jean Lanvin aprendió el oficio en Barcelona, de mano de Carolina Montagne, y en 1920 abrió una sede en Rambla Catalunya. Un año antes, Pedro Rodríguez había abierto su primer establecimiento.
También de la década de los 20 es el Salón de Moda, con desfiles pioneros en todo el Estado español, que contaron con la participación de destacados modistos y diseñadores de sombreros. Fueron también los años de la alta costura en Santa Eulàlia, La Innovación y El Dique Flotante; la consagración de Pedro Rodríguez y de Cristóbal Balenciaga, así como de Asunción Bastida.
La industria textil catalana estuvo detrás del auge de la costura en Barcelona, que uno de los motores impulsores de la artesanía, las escuelas industriales y el oficio de modista. La burguesía que nacía de esta actividad era a su vez la clientela de los nuevos modistos.
Posteriormente, durante los años setenta, llega la expansión del prêt-à-porter y el final del reinado de la alta costura, aunque convivieron los primeros tiempos con la incorporación de nombres como Andrés Andreu, Margarita Nuez, Josep Ferrer o Roberto Dalmau, que se consolidarían ya definitivamente en el mundo de la confección y marcarían el arranque de toda otra época que llega hasta la actualidad.
Foto: Barcelona Alta Costura