La UE aplaza la decisión sobre el arancel de importación
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Una vez finalizado el plazo oficial de vigencia del arancel de la UE a la importación de calzado, se vuelve a abrir el debate sobre la aplicación de la normativa. En Europa del Norte todos los partidos coinciden: se debe suprimir el arancel.
También coinciden en Europa del Sur: se debe mantener el arancel. El destino del arancel se encuentra en manos de los países del centro y del este de Europa.Desde el año 2006, la UE utiliza un arancel del 16,5 por ciento sobre el precio de importación de calzado chino y del 10 por ciento sobre el calzado procedente de Vietnam. Esta normativa fue creada por el rápido crecimiento de la importación de calzado de piel de China en el año 2005. Ese mismo año se suprimieron parcialmente las limitaciones comerciales que se habían introducido en 1995. La medida antidumping se creó para proteger a los fabricantes de calzado de la UE frente a la creciente corriente de calzado procedente de Asia.
Las organizaciones del Benelux son contrarias al arancel. La organización interprofesional Mitex porque “Holanda debe tener la parcela de mercado que le corresponde” y el Consejo de Comercio Minorista de Holanda porque “La medida obstaculiza las opciones del consumidor, aumenta el precio del calzado de piel y produce la pérdida de empleos.” La administración alemana también se ha mostrado contraria a la medida. Por un lado, porque el país no tiene industria zapatera y, por otro lado, porque tanto la mayor parte de los minoristas como de las marcas más importantes -Adidas y Puma- importan sus productos de Asia.
También Eurocommerce, la asociación interprofesional europea de minoristas y comerciantes se posiciona del lado de los opositores: “El calzado podría ser más económico si en enero desaparece el arancel de la UE a la importación de calzado de China y Vietnam”, indica Xavier Durieu, Secretario General de la organización. Considera que “Toda ampliación del arancel de importación reduce la capacidad de compra y obstaculiza la recuperación económica de Europa”. Los comerciantes chinos creen que el arancel de importación es una medida proteccionista para proteger a los fabricantes de calzado europeos y es obvio que también son contrarios al mismo, aunque no tienen ningún tipo de voto en el debate. Suecia, Reino Unido, Luxemburgo, Dinamarca, Finlandia e Irlanda también son contrarios al arancel.
Irónicamente, el destino del arancel no se encuentra en manos de los países claramente posicionados en el debate. La decisión debe salir de aquellos países indecisos sobre lo que deben votar. Si estos países no votan por la supresión, significa que dan un voto para el mantenimiento de la norma. Los países que están indecisos sobre el futuro del arancel son Austria, Eslovenia, Malta, Chipre, Francia y varios países de Europa del Este.
En este momento se están estudiando los efectos de la anulación de los aranceles. Los países de la UE decidirán sobre el futuro del arancel en el momento en el que haya finalizado el estudio, probablemente a finales de este año. Hasta que finalice el estudio, los aranceles seguirán siendo aplicables.