Moda con ética: Thinking Mu, los pioneros
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En el año 2006, cuando nadie en España -y muy pocos en Europa- hablaba de la sostenibilidad en la moda, Pepe Barguñó y Miquel Castells sacaban al mercado unas líneas de ropa ecológica bajo el nombre de Intrépida Mu. Esa marca
hoy ya no existe, pero ha evolucionado en Thinking Mu, una firma con sede en Barcelona que elabora sus prendas en talleres locales bajo una filosofía de moda ética.Alex Arenas y Carlos Cortadellas, vinculados a la parte grafica y el marketing, completan el tandem de socios de esta firma conocida por sus camisetas de algodón ecológico con mensajes de buen rollo, y que este año ampliará su gama de productos a sudaderas y ropa interior.
“Era director de compras de una gran compañía de textil y quise cambiar un poco la manera de producir allí. Después de viajar a la India, a la China y ver las condiciones en las que se trabaja y demás, quería cambiarlo todo desde dentro, pero no me entendían, y entonces pensé, me lo monto yo”
¿Por que habéis dado el paso de Intrépida Mu a Thinking Mu?
En España la gente no entendía muy bien lo de la moda ecológica. Vimos que era muy complicado para la gente en esa época entender una línea entera de ropa sostenible con un montón de referencias, quedaba grande a nivel de conceptos. Entonces vimos que las camisetas, un producto más sencillo y de compra más de impulso, tenían muchísima más entrada, y empezamos a especializarnos. Intrépida Mu murió cuando empezó la crisis, por temas financieros, pero no por stock, o porque no tuviera un buen histórico. Las primeras colecciones eran del 2007, y la crisis en España aparece en el 2008. Entonces la primera colección vendió muy bien y paradójicamente, la segunda que era mejor, también la vendimos bien ,pero no la cobramos bien.
El 2007 es muy adelantado para el mercado español en esta materia….
Éramos los primeros en Europa, imagínate en España. Realmente era muy iniciático, era muy pronto sobre todo, para unir estos conceptos de comercio justo, fibras ecológicas y a la vez, moda. En ese momento aún no era “cool” ser sostenible, era cosa de hippies. La moda sostenible ya existía, pero no llevaba un ingrediente de tendencia.
¿Cómo ha cambiado esto en España?
Ha cambiado horrores, a mejor, lo que no quiere decir que estemos en el estado ideal o en el tope, pero la situación actual en relación a cuando empezamos, no tiene nada que ver. Nosotros teníamos que explicar desde el principio qué es ecológico, qué es comercio justo, qué es sostenible. Sin embargo, la información está ahí, las grandes marcas han cogido de testigo esa base para comunicar -independientemente de que luego la realidad les quite o les de la razón- al final non beneficiamos todos del conocimiento de la gente en cuanto a sostenibilidad, y de un cambio en el modelo de consumo y de producción.
¿Se refleja en las ventas ese cambio?
Sí, y sobre todo se ve en un cambio en la gente del mundo de la moda. Hoy, no sé si es por moda o por convencimiento, pero hay gente allí interesada en la sostenibilidad.
¿Dónde se hace la producción?
Por la experiencia que hemos tenido produciendo fuera, y por querer reabrir talleres y confecciones de toda la vida en Cataluña, localizamos en la medida de lo posible todos nuestros procesos. El textil catalán ha sido siempre fuertísimo. Nos hemos encontrado con gente de otras generaciones que saben muchísimo y es una lástima que ahora se estén dedicando a otra cosa. El tejido lo importamos, normalmente de India y de Perú.
¿Cuál es el componente ecológico en los tejidos?
Todo el tejido llega aquí totalmente certificado, tanto en lo ecológico como en el comercio justo. Los procesos de teñido, como de mano de obra para el corte y la confección, las estampaciones y los etiquetajes lo controlamos nosotros directamente en nuestros talleres en Mataró.
¿El material es algodón?
Sí, en el mundo de la camiseta estamos con el algodón sedoso de fibra larga. Como ya nuestro modelo de producción nos lleva a producir más caro, aspiramos a los mejores tejidos y los mejores materiales.
¿Precio promedio?
Treinta y pico de euros de promedio. Se sitúa por debajo de las marcas top en venta como Diesel o GStar, que venden camisetas como churros a 42 euros mas o menos. Nosotros nos situamos un poco por debajo de esos precios, produciendo muchísimo menos, y en otras condiciones. Pero lógicamente si lo comparamos con el modelo de negocio textil de los grandes como Inditex, somos mucho más caros. Producimos por cada modelo unas 300 prendas, por lo que nunca verás a alguien cruzando el semáforo con la misma camiseta. Eso la gente lo valora.
Además de la calidad del producto hay también una identidad en el mensaje. ¿Qué queréis transmitir?
Los mensajes no son “viva lo ecológico” o “viva el comercio justo”, están más relacionados con el “vive feliz”, con recuperar la artesanía, las pequeñas cosas, acercarse a la gente. Creemos que hay que consumir productos que respeten tanto a la tierra y al medio, como a las personas que lo hacen. Ese es nuestro mensaje y es lo que también intentamos aplicar en nuestra manera de vivir, de comer, de relacionarnos y de funcionar en los otros negocios.
¿En cuántos puntos de venta estáis presentes?
Somos muy selectivos en esto. Potenciamos muchísimo nuestra pagina web porque con la venta directa los márgenes son muchos más altos. Las tiendas en las que queremos estar, es más por imagen, para que la gente pueda ver las prendas, tocarlas, y luego que compre en nuestra web. Es la única manera de producir, no en cantidades industriales, pero sí tener unos márgenes que nos permitan seguir adelante. La línea que estamos haciendo en exclusiva para la tienda Natura, tiene 250 puntos de venta. Son camisetas “Thinking Mu para Natura”, a precios muchísimo más competitivos, 19,80 euros la camiseta, pero con la misma calidad, el mismo ecologismo. Esto es pura venta, consumo a lo grande de algodón ecológico y recapitalización propia para poder tirar adelante con nuestra propuesta. De nuestra marca, estamos en sitios muy concretos, en una tienda en Suiza, otra en Holanda, otra en Alemania, tres en Barcelona, una en Madrid. Encajamos más en general en concept stores más que en multimarca puramente de textil. No es por sacar pecho ni nada, pero no tenemos prisa. El tiempo y el mercado juega a nuestro favor. Cada vez más gente lo entiende, cada vez más sitios lo piden y nosotros cada vez tenemos más paciencia. Es lento, pero para los dos años que tiene la marca el posicionamiento que tenemos es muy bueno. Ya llevamos unos añitos para darnos cuenta que a peor, difícil. Siempre estamos mejor, vamos al contrario de la economía.
¿La empresa es rentable, vivís de esta marca o de otros emprendimientos?
Sí, es rentable. Como parte de nuestra filosofía, preferimos no tener que pedir financiación externa, ni tener que pedir mucho a los bancos, y a lo mejor cobrar menos. Los cuatro tenemos otros negocios y otras cosas que nos permiten esta situación, pero podríamos vivir de esto. Lógicamente sí que hay un retorno, es una facturación interesante, pero preferimos autofinanciarnos en la medida de lo posible y eso requiere tener siempre bastante dinero en los bancos. Las producciones textiles son de cargos muy grandes y además las cobras muy tarde.
¿Es una buena línea de negocio entonces para quien quiera embarcarse en esto de la moda sostenible?
Para llegar a esta situación nos hemos pegado muchas tortas. El textil es un mundo suicida, muy complicado, en el que hay mucha mafia, muchos intereses, se mueve mucho dinero, y si encima lo quieres hacer ético, pues imagínate. No le recomendaría a mucha gente que no tenga experiencia en el textil que se monte una marca sostenible. Aprender de textil y aprender de sostenibilidad a la vez es muy difícil.
¿Cómo ves el textil actualmente en España?
Atrasado en general. En España tenemos la suerte o el inconveniente –para mí es el inconveniente- de tener a dos grandes monstruos de la moda como Inditex y Mango, que marcan demasiado y ocupan demasiado espacio, en tiendas, en ventas y en propuesta. Por tanto hay muy poco espacio para diseñadores, o pequeños emprendimientos como nosotros. Con todo, nosotros nos hemos hecho un sitio a codazos, pero yo veo cosas que son muy interesantes y que sé que no verán nunca la luz. Voy por Escandinavia, Japón, California y hay oportunidades para que crezca gente que hace cosas bonitas, y sobre todo hay público que está buscando. Al final, a la gente que le gusta mucho la moda no puede dejar de buscar las cosas especiales. Lo que falta aquí es ese interés por buscar que tiene la gente que le gusta la moda.
(Entrevista: Daniela Santos Quartino)
Foto: Miquel Castells, Alex Arenas, Pepe Barguñó y Carlos Cortadillas de Thinking Mu Camisetas Thinking Mu